Desde la antigüedad la comunicación es fundamental en la interacción de las personas, a través de los siglos se han creado, modificado y renovado los sistemas de comunicación con el fin de entender mejor cómo el proceso comunicativo interactúa entre los individuos.
Al formar parte de una sociedad cada persona cumple con una serie de funciones tanto a nivel personal como colectivo. Aunque existe la individualidad no es posible olvidar las masas que “se presentan como una amenaza real o potencial para la sociedad”, puesto que los aglomerados son más difíciles de contener y por ello las estrategias comunicativas deben ser más eficaces y productivas para lograr un objetivo clave.
No es posible descartar ninguno de los elementos que conforman algún modelo de comunicación, ya que estos han sido constituidos lo más apegados a la realidad posible y por ende la existencia de cada uno repercute en la transmisión correcta o no de un mensaje.
El desarrollo de una ciencia social se generó de la manera paulatina alrededor del mundo, y favorablemente sirvió para la resolución de conflictos sociales. Sin embargo, este campo va más allá, ya que el humano es un ser complejo y sus acciones se conducen de la misma manera, por tanto la forma en que se suscitan las relaciones son proclives a desmoronarse si el equilibro perece.
La transmisión de la información se puede ver alterada o no mientras llega al receptor correspondiente, cabe la posibilidad que el mensaje no sea entendido o inclusive malinterpretado debido al ruido intermedio que aparece en el canal, por ello es importante que la transmisión contenga fidelidad.