González Navejas Martha
En el siglo XIX se ve nacer la invención de varios sistemas sobre la comunicación como factor de integración en las sociedades humanas. El pensamiento de la sociedad como organismo inspira las primeras concepciones de una “ciencia de la comunicación”.
La división del trabajo es importante en la comunicación porque representa el primer paso teórico. La división del trabajo y los medios de comunicación, en cosmópolis laissez-faire, van juntas en la abundancia y el crecimiento.
El primer sistema de comunicación a distancia, gracias a la división del trabajo, es el telégrafo óptico de Claude Chappe que se inaugura en 1793 con fines militares. También por el concepto de división de trabajo estimula a Charles Babbage en elaborar la “máquina de restar” y la “máquina analítica”.
A parte del concepto “división del trabajo”, existe otro vocablo clave: red. Claude Henri de Saint-Simon, en la segunda mitad el siglo XIX, moderniza la lectura social a partir del advenimiento del pensamiento del “organismo-red”. Él piensa en la sociedad como un sistema orgánico, un entrecruzamiento de redes; pero también lo ve como un “sistema industrial”, administrado por una industria.
Después, aparece Herbert Spencer que hace avanzar las reflexiones sobre la comunicación como sistema orgánico. La “fisiología social”, de Spencer, lleva al extremo la hipótesis de la continuidad del orden biológico y del orden social. En este sistema, la comunicación es un componente básico de los dos “aparatos de órganos”, o sea el distribuidor y el regulador. Otra noción importante de la comunicación es el desarrollo.
El problema inmediato, por el desarrollo, es el que se forma en las últimas décadas del siglo XIX: la “sociedad de masa”. La masa se presenta como una peligro real, este riesgo justifica la introducción de un dispositivo de control estadístico de los flujos judiciales y demográficos.
Estados Unidos en los años cuarenta ve nacer una nueva corriente: la Mass Communication Research, utilizada en 1927 por Harold D. Lasswell, si investigación se torna hacia medidas cuantitativas para poder responder las peticiones que provienen de los medios de comunicación. Los medios de comunicación han aparecido como instrumentos esenciales para el gobierno; los medios han avanzados ampliamente, desde el telégrafo y el teléfono al cine, pasando por radiocomunicación hasta por los satélites.
La escuela de Chicago fue una de las casas donde se elaboraron teorías de la comunicación. Su campo de observación fue la ciudad como “laboratorio social”, sus signos de desorganización, marginalidad, aculturación, asimilación; o sea, la ciudad como lugar de la “movilidad".
El modelo más elemental del funcionamiento de los medios de comunicación es la “aguja hipodérmica”, así llamada por Lasswell. Él, también, afirma que la propaganda constituye el único medio de suscitar la adhesión de las masas. A parte de su apego a la propaganda, Lasswell creo el modelo de: ¿Quién dice qué por qué canal a quién y con qué efecto?, y los siguientes conceptos: análisis del control, análisis de contenido, análisis de los medios de comunicación o soportes, análisis de la audiencia y análisis de los efectos.
En la práctica se ha dado importancia a dos elementos que aporta orientación al investigador por su aproximación al público: el análisis de los efectos y el análisis de contenido.
Lasswell menciona que en el proceso de comunicación cumple tres funciones principales en la sociedad:
a) La vigilancia del entorno, revelando todo lo que podría amenazar o afectar al sistema de valores de una comunidad o de las partes que la componen.
b) La puesta en relación de los componentes de la sociedad para producir una respuesta al entorno.
c) La transmisión de la herencia social.
A las tres funciones, Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton añaden el entretenimiento o entertainment.