martes, 6 de septiembre de 2011

Narración, tragedias griegas y atracción de masas

García Badillo Ana Deni

Narración y tragedias

Septiembre 06 de 2011

Narración, tragedias griegas y atracción de masas

Desde tiempos muy antiguos ha habido escritores alrededor del planeta, desde los que contaban historias en las tribus hasta los más cultos que plasmaban las historias en papel, por medio de signos o símbolos que ayudaban a mantener un poco de su historia almacenada.

De este modo se ha podido llegar a lo que hoy conocemos como narrativa que es exponer una historia en forma de verso o prosa en la cual los eventos deben llevar un orden en los sucesos. En estos textos, debe existir un narrador y puede ser una persona ajena a la historia o una persona dentro de la historia.

Es de relevancia comunicacional porque, ya que es un texto, puede ser analizado por medios teóricos de la comunicación y lenguaje, tal como lo hace Roland Barthes en su libro Introducción al análisis estructural de los relatos. El texto, como discurso puede ser analizado de muchas formas y en algunos casos como las novelas y relatos, va acompañado por la literatura. De esta forma, podemos encontrar millones de obras que se basan en la narrativa para componer sus textos.

Como se menciona al principio, desde tiempos muy antiguos se han escrito las novelas, las tragedias, cuentos fantásticos y reproducciones de mitología. La cultura griega, ha llegado a ser uno de los pilares que fundamentaron varias de estas como las tragedias y relatos griegos. Sus principales obras como Edipo Rey, La orestiada, Electra, entre otras, han servido hasta la fecha como parámetro para las tragedias modernas en libros y películas.

Pero ¿por qué son tan famosas los relatos, novelas o tragedias? Esto es a lo que se dedican Tvetan Todorov, Roland Barthes y otros autores estudiosos de la lingüística con base en teorías del lenguaje. Por una parte, el éxito de las obras, tanto antiguas como contemporáneas, se debe a que las historias que relatan son ordenadas y tienen coherencia. Por otra parte, a pesar de poder ser un invento del autor, las historias (maravillosas, fantásticas o insólitas) llevan al lector a identificarse con una parte de la historia que es una distorsión de la realidad.

Otro motivo de interés en las tragedias, es el hecho de que produce una catarsis al leer la obra. Esto puede producirse porque al saber que alguien es más infeliz que el lector, éste se siente mejor y piensa que su vida no es tan mala como piensa y que, como en la tragedia, podría ser peor. De esta forma, la perspectiva del lector cambia y transforma su realidad.

Todorov explica que estos textos, al ser sobrenaturales, crean una ruptura de la realidad y del orden que fascina al lector. Los personajes también son parte de la identificación con el lector porque ellos son los que al principio de la historia tienen una rutina y una vida con la que el receptor del relato se identifica, sin embargo, su vida cambia por un acontecimiento sobrenatural y anti natural como fue el caso de Edipo, quien mató a su padre y tuvo hijos con su madre. La parte medular de las tragedias es cuando ése orden que se rompe tiene que ser reparado, lo cual causa mucho dolor en uno o varios personajes.

Todorov divide los relatos en tres partes: lo maravilloso, lo insólito y lo fantástico.

Lo maravilloso se puede encontrar en textos donde haya historias o partes de la historia que queden sin resolver y que ni siquiera al final de la historia es posible encontrar una solución o explicación a los acontecimientos que rompen con lo natural. Lo insólito es lo contrario. Cuando el lector puede encontrar la respuesta, solución o explicación a los hechos que rompieron con la normalidad. Por último, lo fantástico de las obras es la parte en la que mantiene al lector en suspenso y no sabe si encontrará o no la respuesta al final de la obra.

Estas incertidumbres son las que le dan sentido a la literatura ya que al no tener un respaldo en la realidad, como la mitología griega, se buscan formas de pensar que lo que los sujetos leen sea verdad pero debe haber en cada lector la conciencia de realidad y ficción. Pero es justo esta parta la que hace emocionante el relato, como no se sabe el final, es posible que esté fuera de los límites de la realidad.

Hasta la fecha, en telenovelas, cuentos, dramas, obras de teatro y películas, han sido mostrados estos tres elementos de los relatos. En donde cosas trágicas pasan y acontecimientos mágicos los salvan o los matan y todas éstas siguen teniendo éxito.

También, dentro de todos los relatos siempre hay algunas partes buenas que dan placer a los lectores como algún romance dentro de la historia o el personaje que es bueno, todo le sale pero al final se muere o el personaje que va pasando por un lugar donde hay un problema y es salva el día por coincidencia. Es un poco de lo que nos habla Umberto Eco en el libro El superhombre de las masas. Y es que este personaje, carismático y valiente, no puede faltar en las obras y tiene pocas opciones dentro de la historia, el desenlace feliz o el trágico: se casa con la protagonista o muere.

Este éxito ha sido aprovechado por muchas personas como cineastas, novelistas, periodistas y personas que se mueven en el ambiente del arte pero también ha sido encontrado útil por las personas que tienen el poder para controlar masas. Los políticos, los religiosos, los militares, los empresarios y demás personas con poder económico y social han encontrado en estas historias un poder de control por medio de las historias.

Las novelas que ahora se ven en televisión suelen ser demasiado trágicas y pueden ser utilizadas por los Aparatos Ideológicos del Estado (AIE), como menciona Althusser en su libro titulado Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Al enviar estas novelas a la televisión, forman una especie de catarsis masiva en la que hacen pensar a los televidentes que podrían estar peor. De esta forma, el descontento es menor y la población de cierta entidad no protesta y se mantiene calmada. De esta forma se mantiene el orden.

Un ejemplo de tragedia contemporánea puede ser la película La mujer que cantaba, que trata acerca de una mujer que mediante una carta póstuma revela a sus dos hijos que su padre no está muerto como ellos pensaban y que tienen un hermano que no sabían que existía. Ésa parte, en principio, es trágica. Sin embargo, a lo largo de la película, la hija, llamada Jeanne se encarga de buscar el pasado de su madre, de encontrar su padre y conocer a su hermano. En el camino se encuentra con que Palestina se encuentra en un periodo de inestabilidad económica y política pero principalmente religiosa por la que su vida es puesta en riesgo más de una vez. Después descubre que su madre había sido encarcelada y torturada por matar a un hombre. Así que es una tragedia tras otra y hasta el final, todas las promesas que hizo su madre, Nawal, se cumplen gracias a sus hijos y al fin llega la tranquilidad a sus vidas. Ese doloroso regreso al orden del que habla el texto al principio.

Así vemos cómo hasta la fecha siguen siendo importantes las tragedias, las historias de amor, los cuentos y novelas desde hace mucho tiempo. La diferencia que los lectores deben hacer es no dejarse influenciar por estos programas sino verlos de una forma analítica, a fin de que entiendan su realidad y la estudien para poder tomar decisiones autónomas y ser más independientes de los Aparatos Ideológicos del Estado.

Referencias:

Althusser, Louis. Ideología y aparatos ideológicos de Estado. Nueva Visión Buenos Aries. 1988.

Eco, Umberto. El superhombre de las masas. Gandhi. México. 2009

Cabañas Díaz, Pablo Alejandro. Teorías de la Comunicación I. “TRAGEDIAS” en http://teoriascomunicacion0005.blogspot.com/. Consultado el 4 y 5 de septiembre de 2011.

Villanueve, Denis. Incendies. Les Fils Christal. Canadá/Francia. 2009.